Mostrando las entradas con la etiqueta Fontanarrosa. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Fontanarrosa. Mostrar todas las entradas

7/19/2007

Vestidos de Negro


Casi llegando a las 5 de la tarde, mi hermano imprevistamente me informó: ''Murió Fontanarrosa''. Solo atiné a prender la tele para efectivamente corroborarlo y darme cuenta que simplemente había sucedido, 'que lástima' pensé, mientras sus imagenes se sucedían y por las que uno no podía dejar de pensar que se fue un grande. Pero un grande de verdad.
Ya hoy había visto su chiste diario en Clarín y había pensado: 'que grande este tipo, enfermo y sin poder dibujar, todavía tiene ideas brillantes' Es que El Negro sintetizaba muy bien lo cotidiano, con lo popular y lo refinado, con la inteligencia y el humor (que para muchos es tan solo una replica boba de cliches y obviedades) El tipo día a día te sorprendía con algo nuevo, proveniente de algo ya conocido, ni más ni menos que la cotidianeidad. Lo que se podría decir, con toda razón, ''un laburo de Negro''.

No podría considerarme un fanático de Fontanarrosa (sí un admirador), pero dándole un vistazo general a mi biblioteca (y a mi me memoria) me doy cuenta que es un autor que está presente en mi vida desde hace ya varios años. Recuerdo volver de mis primeras Ferias del libro con algún libro de chistes gráficos sobre el deporte e incluso haciendo memoria, recuerdo haberlo visto en alguna de esas ferias. También recuerdo llorar de risa, ahogando la carcajada en alguna noche en vela de verano, mientras leía alguno de sus libros. Obviamente que no puedo olvidarme de Inodoro Pereyra y su inseparable Medieta, quienes hoy seguramente dejen de lado la hombría gaucha y se abracen para llorar a su creador. Es realmente inconcebible que de ahora en más no puedan aparecer nuevas aventuras de Inodoro, con toda su sabiduría, inteligencia e ironía.

Como decía antes, Fontanarrosa ha sido tan hábil para plasmar lo cotidiano en su obra, que ella misma se nos ha vuelto parte de nuestra cotidianeidad; y con su pérdida puedo afirmar sin sonrojarme que para varios de nosotros nada será igual: ni el fútbol, ni el diario, ni el humor, ni las mañanas, ni el domingo, ni la Selección, ni Central, ni Rosario y tantas cosas más. Y aunque su misión siempre haya sido hacernos reir (y pensar), no podemos evitar sentirnos un poco tristes sabiendo que el mundo hoy se perdió unas cuantas risas aseguradas.