A quienes les importe minimamente el fútbol ya sabrán a esta altura que ha dejado de ser un deporte para pasar a ser, primero en un espectáculo y luego en un negocio. Tal negocio está constituido por la urdimbre entre la televisión (y medios en general) y los clubes y las asociaciones nacionales. Claro que, como suele suceder, por estos lados del globo (y particularmente en nuestro país) este proceso es llevado a niveles insospechados de desorganización y desidia. En la última semana vi dos situaciones que no hicieron más que demostrarme una vez más la injerencia que la televisión tiene sobre el desarrollo del fútbol.
-Situación 1: Jueves por la tarde, Boca Juniors se enfrenta a Cúcuta de Colombia por las semifinales de la Copa Libertadores. El partido está pautado para las 19:30 de Argentina y Fox Sports (señal que tiene los derechos exclusivos de la transmisión de la Copa) hace una previa desde las 17 con Fernando Niembro y Mariano Closs a la cabeza. Mientras Buenos Aires es atestada por una intensa niebla que cubre a toda la ciudad, y la Boca no es la excepción. Con las cámaras ubicadas desde lo más alto del estadio la visión del campo de juego es casi nula, al observar esto los comentaristas consultan a un periodista de campo para averiguar si las condiciones eran las mismas desde donde se desarrolla el juego. La respuesta es negativa, por más que la visión estaba disminuida, se veía lo suficiente para jugar. Pero desde las cámaras no se veía nada, y la dupla tranmisora comienza a bramar y a quejarse (en vivo) frente a las autoridades encargadas de decidir si el partido se jugaba o no. ¡No podían concebir como se podía jugar un partido sin televisación! Invitaban constantemente a los encargados a ir a lo más alto del estadio para comprobar que las cámaras no podía tomar una imagen nitida. Se escudaban bajo una demagogia barata diciendo: ''hay mucha gente sintonizandonos que no va a poder ver el partido''. Mientras nadie los objetaba, a nadie se le ocurría responderles: ''señores, la televisación es algo accesorio. Si el partido se puede disputar, se disputará y ustedes arreglense como puedan''. Aunque nadie lo dijo, finalmente primó el sentido común y el partido se disputó
-Situación 2: Sábado por la tarde Nueva Chicago enfrenta a River Plate por el Torneo Clausura argentino. Chicago, acuciado por el descenso, va ganando 2 a 1 hasta el minuto 43 del complemento cuando en una jugada en ofensiva de River, Marco Ruben es desplazado afuera del area y cae dentro de ella. El Referi en primera instancia cobra tiro libre para River, pero advertido (erroneamente) por su asistente finalmente cambia su decisión y cobra penal. Hasta aquí nada fuera de lo común. ¿Qué ocurrió entonces? se metió la televisión: uno de los periodistas de campo al ser consultado por el banco de Chicago responde que el penal no fue. Y aqui si que dejó de primar el sentido común: todo el banco de Chicago se metió al campo de juego para reclamarle al árbitro que cambie su decisión ''porque en la televisión dijeron que no fue penal''. A esto, como habían jugosas imagenes para captar, se metieron 2 cámaras de la transmisión, y como consencuencia de esto se sumaron policias y promotoras (cuales perros pavlovianos) que cada vez que hay una cámara prendida deben pararse detrás de los protagonistas, así sea que hablen con la figura del partido, con un tipo que tiró una botella o con un jugador al que se le acaban de romper los ligamentos. Así se vieron imagenes vergonzosas entre las cuales se destaca a Ramaciotti (técnico de Chicago) diciendole al periodista de campo: ''veni Gallito, decile que no fue penal''. Amén de todo el desmán que fue la situación y de las diferentes burradas que se dijeron (amenazas, súplicas para que erren el penal, petición de remoción del fallo dado que la televisión mostraba que no había sido) lo que no recalcaron los periodistas (corporativismo jodido si es que los hay) es que toda esa situación se vio originada por el hecho de que un periodista dijo algo que no debía decir, y que en última instancia, no importaba ya que en el reglamento no está estipulado que un árbitro pueda cambiar su decisión tomando en cuenta imagenes captadas por la televisación.
El problema de estas dos situaciones es principalmente la naturalización del rol de la televisión a la hora de jugarse un encuentro de fútbol. Como la pantalla es considerarada soberana por encima del desarrollo del deporte mismo es lo que debería llamarnos principalmente la atención y no que un partido se juegue aunque las condiciones no favorezcan a la transmisión.
6/12/2007
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3 comentarios:
que lo pario salio mas largo de lo que pense que iba a salir
y... salio largo y sehace dificil comentar sobre algo tan largo ejej... pero resumo y digo ke la tv tomo demasiado protagonismo no solo en el futbol sino en cualkier disciplina, lamentablemente...manejan mucho dinero y eso le da muchisimo poder...
podemos resumirlo con un: todos putos
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